25 de septiembre de 2011

High Hopes

Lula Da Silva con una de sus hijas preferidas...

Cómo me habré reído con ese comentario. Es cierto que con esa barbita, eras otra persona, y no mi viejo.
Triste fue cuando todos recordamos esos fatídicos días antes de tu despedida, que te habías afeitado, parecías un ángel, tenías una cara tan inocente la última vez que te vi...
Nunca voy a poder borrar ese recuerdo de mi mente. Tampoco voy a poder pensar claramente sin hacerme la interrogante de... ¿por qué mierda no pasé mejor mis últimos momentos con vos? ¿Cómo iba a saber, que después de tantos años de alegría, convivencia, amor, y diversión que pasamos juntos, iba a ser ese viernes antes de que me vaya a dormir, el último día nuestro juntos? Jamás voy a poder reparar eso en mi corazón.

Pero sí me acuerdo, que antes de irme a dormir, te di uno de los mejores abrazos que siempre te daba, cuando me sentía cuidado por vos. Creo que nunca en mi vida entera he llorado tanto cada vez que recuerdo eso.
Recuerdo también el día de las malas noticias, yo siendo en ese entonces ya 3 años más chico... me sentí tan vacío e inocente al escuchar sobre vos... juraría haber creído que me partí no sólo la cabeza contra la pared, sino el alma y el corazón. Después recuerdo no haber podido llorar cada vez que pasaba al lado tuyo, ni siquiera hasta el momento de tu entierro. Todos diciéndome que soy muy duro para poder sensibilizarme en ese tipo de situaciones.

Pero se equivocan, porque si realmente me conocieran, verían que soy tan maricón como una mujer. Y estoy orgulloso de ello. Cada lágrima que derramo por vos, me hace pensar cada momento que no fue malgastado en mi vida. Cada lágrima me hace saber qué es lo que pensás que debería hacer para seguir adelante, tal y como vos quisieras.

Ya hace 5 días, hubieras cumplido 55 años. O medio siglo y cinco años, como te hubiese dicho yo. Ya no van a haber más pizzas triples los días de tus cumpleaños, ya nunca me voy a cagar tanto de la risa con las boludeces que hacías, ya nunca voy a aprender tanto de lo que vos me enseñabas desde que tengo memoria, ya nunca voy a poder sentirme tan acompañado como lo fui antes con vos.
Pero todavía me queda a mamá, y mis hermanos. Que sé muy bien que vos querés plenamente que los cuide. Y es lo que voy a hacer, porque menos quisiera tener uno menos en el equipo. Aunque vivamos unos años de mierda, peleas internas, ni un sólo cruce de palabras. El equipo está íntegro gracias a vos. Es cuestión de cada mente a darle un poco de tiempo para reponerse.

Aunque esto no lo lee nadie, excepto yo, y posiblemente vos, es mi granito de arena para hacerte saber lo fuerte que me siento hoy, gracias a los valores y todo lo que me enseñaste desde que nací.
Hoy en este día, escribiendo esto, es el momento en el que más te necesito al lado mío. Aunque estoy más que seguro que es así.

Simplemente eso, gracias por todo, amigo, compañero, padre y mentor. En esta dedicatoria para vos, con todo amor. Tu hijo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario